Acceso y heterosexualidad obligatoria
Hombres: No entienden cómo pudo ser violación, no entienden qué hay de
malo con la prostitución, cuál es el problema con la pornografía, por qué le
dan tanto ‘color’ con los piropos, cómo distinguir el acoso, que una mujer se
ofenda porque esperan de ella sexo después de pagar la cena, etc., etc., etc.
Toda esta cadena de incomprensiones, tiene una sola causal raíz, y es la heterosexualidad. Porque la heterosexualidad es un mandato y una lógica de interpretación del mundo, de los hombres, que da por sentada la penetrabilidad de las mujeres, su ser-para-otro. El otro es un hombre, claro. Y si puede expresarse con mayor claridad: la idea de que el sentido de la existencia de las mujeres es ‘para-ser-penetrada-por-otro’.
Todas las normas misóginas del mundo, y los
valores misóginos, coinciden en una cosa: garantizan y/o propician el acceso
sexual de los hombres a las mujeres. Incluya aquí al amor romántico, por favor.
Por eso, también, cuando a los hombres se les ocurre pensar, imaginar, digamos, como sería una mujer “rebelde”, liberada, se decantan por figuras como María Riot, Virginie Despentes…
Por eso, también, cuando a los hombres se les ocurre pensar, imaginar, digamos, como sería una mujer “rebelde”, liberada, se decantan por figuras como María Riot, Virginie Despentes…
Imagen extraída de Pikara Magazine, medio pro acceso sexual de los hombres a las mujeres.
Cualquier mujer que logre combinar, en estos
días, un discurso pretendidamente “rupturista” del orden moral, con una total
sumisión a los intereses de los hombres (el acceso sexual a los cuerpos de las
mujeres), será consagrada como la más revolucionaria y brillante.
Así que, resumiendo, la primera regla del
patriarcado para mantenerse saludable es proteger a la heterosexualidad de una
crítica feminista, o de una experiencia vital lesbiana y feminista.
Y por eso, sin alzar ningún mandato de lesbiandad,
es importante que los afectos y los deseos sean politizados, reflexionados en
esas coordenadas feministas que no son otra cosa, creo, que el reconocernos
mujeres y ver en las otras a nuestras semejantas. Y sacar a la heterosexualidad
de ese estatus sagrado en el que la pusieron los hombres.
(27 de noviembre de 2018).
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