¿TRANSFEMINISMO? No, gracias.


     Imagen de la página de facebook
Gender is sexist shite

De vez en cuando, y últimamente con alguna frecuencia, me invitan, con buen tono e intenciones, a tolerar, empatizar, respetar y hasta apoyar a un movimiento misógino formado por furiosos e impunes hombres misóginos. 

Un movimiento de una misoginia pocas veces vista en la historia, que es sin duda una grandísima colección de misoginadas de gran y pequeño calibre. Unos hombres que gozan del apoyo de amplios sectores misóginos: grandes empresas (pues su misoginia es un negocio rentable), partidos políticos y Estados, leyes mediante. Leyes que obligan, no lo olvidemos, esto no es simplemente un pedido humilde y amistoso por reconocer una mentira. Pretenden obligarnos a aceptar, pensar y decir mentiras como si fueran verdaderas.

Unos hombres que han llevado su misoginia a límites nunca antes vistos, pretendiendo ahora, amparados de nuestra socialización para complacerlos, o en su defecto, mediante leyes y amenazas, que nosotras, las mujeres, les permitamos re-definirnos hasta borrarnos, y apropiarse ellos de aquello que solo nosotras somos, porque así lo desean y dicen necesitarlo, y obligarnos a reconocerlos parte de nosotras, 'mujeres' si así lo afirman. 

Un grupo de hombres que reduce el ser mujer a estereotipos sexistas que no son más que el resultado de la proyección de los propios y milenarios deseos masculinos sobre nosotras, una colección insultante de rasgos deshumanizadores y vacíos, una parodia ofensiva sin matices...

Me piden, y cada vez con mayor frecuencia, exigen, que comprenda, tolere, y hasta de mi apoyo a un grupo de misóginos que está cometiendo el mayor ginocidio simbólico de la historia, negando nuestra existencia y negándonos la autoridad para nombrarnos, definirnos… Negándonos la misma libertad de existir como mujeres.

¿Mi respuesta? NO.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La historia de las mujeres. La historia*

¿Qué es la heterosexualidad?

La práctica de la relación y la circulación de autoridad en el aula en tiempos de final de patriarcado*